Cuando visite al asegurado en el hospital, el pronóstico de los doctores era desalentador debido a la trayectoria de las balas que habían perforado su pulmón y viajado dentro de su cuerpo para comprometer algunos órganos vitales como riñón, hígado y vaso. Sin embargo después de permanecer casi un mes en terapia intensiva, el milagro comenzó a darse y nuestro asegurado salió de la crisis en la que se encontraba muy lentamente salvando la vida.
No está por demás señalar que el monto de la cuenta del hospital para ese momento había rebasado ya los $2´000,000.- (dos millones de pesos) mismos que la aseguradora absorbió sin más problemas que los propios tramites que son necesarios para tipificar cada evento y abrir de una manera clara y precisa la reclamación para posteriormente administrar correctamente el riesgo.
¡En fin! tan solo un par de semanas después nuestro asegurado ya estaba listo para irse a casa y continuar con su recuperación que como repito fue lenta pero sostenida.
Podrá sonar frío el comentario pero como era de casi de esperarse, surgieron de manera por demás anunciada algunas enfermedades que se manifestaron en cadena… Si… hablo de la diabetes y de la hipertensión arterial, mismas que fueron potencializadas de acuerdo a los doctores dado el estado crítico en que se encontraba el paciente.
Aparentemente un hombre que gozaba de un gran estado de salud antes del asalto sufrido ahora tenía serios problemas por enfermedades que lo acompañarán durante toda su vida; es por ello que en este tipo de eventos hay gastos que continúan aún fuera del hospital (Medicinas, Terapias de rehabilitación, estudios, visitas al médico, etc.) mismos que se tramitan ante la aseguradora mediante reembolsos periódicos.
Pues bien! en alguna de las tantas remesas de reembolso, de pronto la compañía de seguros rechazo (cabe señalar: correctamente) el pago de algunos conceptos mismos que al enterarle a la esposa del asegurado la hicieron enfurecer, literalmente al grado de exclamar: ¡LAS ASEGURADORAS NO PAGAN! ¡NO SIRVEN PARA NADA! ¡LOS VOY A DEMANDAR!
¿Qué? ¿Cómo? ¿Qué está usted diciendo?
¡Señora! trate de explicar… La aseguradora NO cubre, por contrato:
- Las vitaminas y los complementos alimenticios, tampoco cubre el Tafíl (por ser un ansiolítico)
- NO le cubre el Viágra y tampoco la factura de las poleas y mancuernillas de peso libre, ya no hablemos de la factura de gastos de inscripción para su club deportivo especializado en natación ya que en definitiva es considerado un gasto personal.
¡SON UNOS RATEROS! Si esos medicamentos fueron prescritos por el doctor, son necesarios para su rehabilitación, además mi esposo necesita recuperar la fuerza de sus músculos por eso compramos las pesas, además dado el tiempo que mi esposo estuvo en cama el doctor recomendó que hiciera natación. Me deberían de pagar hasta el estacionamiento del hospital ¿¿?? y respecto al Viagra… ¡ejemh! ¡Aquí está la receta!
¡Me pagan o los demando a usted y a su compañía!
Querido lector, es un error pensar que las aseguradoras le pagaran al 100% todos y cada uno de los gastos que usted erogue derivados o no del evento que les dio origen.
De ninguna manera y bajo ninguna circunstancia “Aunque su médico así se lo recomiende, prescriba o mande” las aseguradoras pagarán gastos como: Vitaminas, Medicinas no relacionadas con el evento principal, Ansiolíticos y mucho menos estilos de vida o gastos personales entre otras cosas claramente definidas en el contrato.
Recuerde que el único objetivo de un seguro es y siempre será:
Evitarle una pérdida económica importante que desequilibre y/o ponga en peligro su patrimonio, a través de resarcirle financieramente el daño por los gastos que de cualquier forma tendría que erogar (con o sin seguro).
Así si se trate de un Seguro de Auto, por favor que NO atraviese por su mente que en caso de robo le darán un carro nuevo o su equivalente, cuando el suyo estaba usado y desgastado y mucho menos piense que saliendo del taller su carro deberá quedar más afinadito que como se encontraba antes del accidente. (En otro blog hablaremos del demerito que sufren los autos cuando están por tiempo prolongado en un taller).
Le pedí a la señora que recapacitara en su forma de pensar ya que su comentario llegaría sin razón a por lo menos otra docena de personas que en honor a ella opinarían lo mismo sobre el seguro de manera injusta y sin razón alguna.
Los seguros NO son para lucrar, ni para sacarles el máximo provecho o utilidad.
SON PARA SACARLO A USTED DEL PROBLEMA FINANCIERO
EN EL QUE ESTARÁ METIDO ¡HASTA EL CUELLO! … ALGÚN MAL DIA.